Las políticas de Cárdenas pretendían instaurar el campo y la industria que mostraban a los niños en sus libros, pero aun así nunca lograron que el país se asemejara a nada de lo que aparecía en sus publicaciones.
La idea de tener escuelas socialistas se correspondía con el reconocimiento de que el problema agrario era un punto clave para la construcción de un país más justo y equitativo; así como la industrialización de las ciudades era un elemento fundamental para el desarrollo económico y social de un territorio aún en gran medida “colonizado”
Los libros del cardenismo tratan de reflejar niños de piel morena, ojos cafés, normalmente pobres o de recursos limitados que viven tanto en el campo como en los márgenes de la ciudad.
Mientras que los libros de Camarillo proponen y muestran niños rubios, de ojos azules, predominantemente urbanos y católicos